EMANACIONES DE MORAL
Periódico: La Prensa, Cd. de México, 13 de noviembre de 2009 por Francisco Javier Lagunes Gaitán*
¿De verdad es mejor la moral de una persona
que se hace la espantada de todo? ¿Por qué
se sienten más 'respetables' las personas que
se dedican todo el día a juzgar lo que los
demás harían con su sexualidad? Lo que ellos
llaman 'moral' no es otra cosa que un prejuicio
añejo, una obsesión enfermiza: el miedo al
placer.
No es preciso decir que 'tenemos un
cuerpo', la verdad es que somos un cuerpo.
¿Cómo podríamos vivir una buena vida sin una
mínima satisfacción y bienestar?
Avergonzarnos de nuestra capacidad para el
gozo corporal es ir en contra de nosotros
mismos. Lo que realmente animaliza al ser
humano es vernos sólo como meras fábricas
de hijos.
Los puritanos, esos sepulcros
blanqueados, imaginan que para que algo sea
bueno, tendría que ser desagradable; y que si
algo es divertido, será que habría de ser malo.
Reza la certera definición: “Puritano es aquel
que está seguro de que en este momento
alguien se está divirtiendo más que él”. Creer
cosas tan disparatadas no nos haría ni más
morales, ni nos capacitaría como custodios de
la moral de nuestros vecinos.
Los puritanos se llenan la boca todo el
tiempo con sus dizque valores y principios
¿pero bien a bien qué valores y principios
defienden?: El miedo, la envidia, el odio y la
discriminación son sus motivos y valores.
Sobre semejante fundamento no se podría
jamás construir el Reinado de los Cielos. No es
realmente religioso manipular los miedos de los
demás para ganar poder terrenal, ni señalar
con dedo flamígero a los más vulnerables.
Quitar derechos a los que no comulguen con
sus ruedas de molino puritanas no es una labor
de amor, no ayuda a reconciliar a la gran
familia humana.
Entre mayor miedo dejemos entrar a
nuestra vida, menos piedad y amor seremos
capaces de ofrecer a nuestros hijos y al mundo.
Hay quienes se dedican a hablarnos del Fin de
los Tiempos solamente para volvernos rehenes
del mie