Historias reales edificantes
«En todos los que reciben la preparación divina,
debe revelarse una vida que no está en armonía
con el mundo, sus costumbres o prácticas; y
cada uno necesita tener experiencia personal en
cuanto a obtener el conocimiento de la voluntad
de Dios. Debemos oírle individualmente hablar-
nos al corazón. Cuando todas las demás voces quedan acalladas, y en la quietud espe-
ramos delante de él, el silencio del alma hace más distinta la voz de Dios. Nos invita:
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46: 10). Solamente allí puede
encontrarse verdadero descanso» (El Deseado de todas las gentes, p. 331).
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JÓVENES
Más luz
JÓVENES
18 de julio de 2009
Texto clave
«Después de esto, los apóstoles se
reunieron con Jesús y le contaron
todo lo que habían hecho y ense-
ñado. Jesús les dijo: “Vengan,
vamos nosotros solos a descansar
un poco en un lugar tranquilo”.
Porque iba y venía tanta gente,
que ellos ni siquiera tenían tiempo
para comer» (Marcos 6: 30, 31)
El relato bíblico: Mateo 14: 1, 2, 13-33; Marcos 6: 30-52; Lucas
9: 7-17; Juan 6: 1-21.
Días de sus vidas
JacquiJanetzko
«Cuando Jesús recibió la noti-
cia, se fue de allí él solo, en una
barca, a un lugar apartado. Pero la
gente lo supo y salió de los pue-
blos para seguirlo por tierra. Al
bajar Jesús de la barca, vio la mul-
titud; sintió compasión de ellos y
sanó a los enfermos que llevaban.
»Como ya se hacía de noche,
los discípulos se le acercaron y le
dijeron: “Ya es tarde, y este es un
lugar solitario. Despide a la gente,
para que vayan a las aldeas y se
compren comida”.
»Jesús les contestó: “No es
necesario que se vayan; denles
ustedes de comer”.
»Ellos respondieron: “No tene-
mos aquí más que cinco panes y
dos pescados”.
»Jesús les dijo: “Tráiganmelos
aquí”. Entonces mandó a la multi-
tud que se sentara sobre la hierba.
Luego tomó en sus manos los
cinco panes y los dos pescados y,
mirando al cielo, pronunció la ben-
dición y partió los panes, los dio a
los discípulos y ellos los repartie-
ron entre la gente. Todos comieron
hasta