cómo aplicar
las enseñanzas
de sun tzu a
los mercados
financieros
asiáticos
Andrew Sheng
POR SER una de las regiones que más
crece —y que más ahorra—, Asia
parece tener un futuro promete-
dor. Nueve años después de la crisis
de Asia oriental, sin embargo, los problemas
de intermediación y gestión del riesgo de sus
mercados financieros aún no están resueltos
y, aunque la mayoría de las condiciones nece-
sarias para la reforma se han dado, son pocos
los avances. Ello se debe en parte a que la eco-
nomía asiática, subjetiva y basada en las alian-
zas, funcionaba como modelo autárquico. Las
reglas han cambiado: con la globalización toda
economía abierta debe cumplir normas inter-
nacionales de transparencia que fomenten la
comparabilidad y la rendición de cuentas.
La descapitalización del mercado, pro-
ducto de la crisis financiera, arrojó enormes
pérdidas para los mercados bursátiles de la
región. Según estimaciones, entre su apogeo en
1989 y agosto de 1998 —cuando la crisis tocó
fondo— el mercado japonés perdió US$2,4
billones de su valor, es decir, 53,3% del PIB
de ese país en 1997. Entre 1996–97 y agosto de
1998, los demás mercados bursátiles de Asia
oriental perdieron US$1,4 billones, es decir,
65,9% de su PIB global, sin contar las pérdidas
por la cancelación contable de préstamos ban-
carios en mora, la constitución de reservas y la
caída de los precios inmobiliarios.
La buena noticia es que la crisis provocó
cambios profundos en el sistema financiero.
Sin embargo, queda una enorme tarea por de-
lante para que Asia pueda afianzar su posición
en la economía mundial. Apoyándome en mis
treinta años de experiencia en la reforma de
la región, y en las enseñanzas de un estratega
chino del siglo V a. C., quisiera proponer una
estrategia. Aunque las empresas suelen apro-
vechar dichas enseñanzas para hacer frente al
cambio, no se han aplicado a la reforma de los
sistemas financieros.
reseña del sistema financiero asiático
Asia representa el 55% de la población mun-
dial, un tercio de