ESDE mediados de la década pa-
sada, han estallado crisis finan-
cieras en media docena de países
en desarrollo y mercados emer-
gentes de Asia y América Latina, además de
Rusia. Las consecuencias internas han sido
gravosas: quiebras de bancos y empresas, de-
sempleo, recrudecimiento de la carga fiscal,
agotamiento de las reservas de divisas, depre-
sión económica e incluso, en algunos casos,
disturbios políticos y sociales.
Los primeros análisis de las causas pusieron
de manifiesto deficiencias en los fundamentos
económicos de los países afectados, excesivo
endeudamiento a corto plazo con el extran-
jero por parte de los sectores público y pri-
vado, e inestabilidad de los flujos de capital a
corto plazo. Sin embargo, los estudios recien-
tes destacan cada vez más la importancia de
las deficiencias del sistema financiero como
elementos desencadenantes o agravantes de
una crisis. Por esta razón, la comunidad inter-
nacional está ampliando la asistencia para la
consolidación de bancos y demás institucio-
nes financieras. De hecho, el funcionamiento
del todo —es decir, del sistema financiero in-
ternacional— depende del funcionamiento
de las partes.
¿Cómo se explica la
vulnerabilidad de los países?
La mundialización de las finanzas ha llevado a
las empresas y los prestatarios soberanos a
recurrir con mayor frecuencia a los mercados
financieros internacionales para obtener fon-
dos. Entre 1970 y 2000, las corrientes trans-
fronterizas de capital pasaron de menos del
3% del PIB al 17% en las economías avanza-
das, y de casi cero a alrededor del 5% del PIB
en las economías en desarrollo.
Sobra reiterar los beneficios fundamentales
de la mundialización financiera, cuya función
canalizadora de fondos hacia los usos más
productivos puede contribuir a mejorar el ni-
vel de vida en los países desarrollados y en
desarrollo por igual. Ahora bien, la estabili-
dad financiera nacional e internacional puede
verse amenazada por un repentino cambio de
Estabilidad financiera en
el mundo de las finanzas
H a i z h o u H u a n g