CASI UN OBJETO – JOSE SARAMAGO
EDITORIAL ALFAGUARA
Titulo original: Objeto Quase
Traducción de Eduardo Naval
Primera Edición en México, Octubre 1998
Impreso en México
Si el hombre es formado por las circunstancias,
entonces, es necesario
Formar las circunstancias humanamente
K.MARX y F. ENGELS
La Sagrada Familia
SILLA
EMBARGO
REFLUJO
COSAS
CENTAURO
DESQUITE
LA ISLA
SILLA
La silla empezó a caer, a venirse abajo, a inclinarse, pero no, en el rigor
del término, a desatarse. En sentido estricto, desatar significa quitar las
sujeciones. Bien, de una silla no se dirá que tiene sujeciones, y, si las
tuviera, por ejemplo, unos apoyos laterales para los brazos, se diría que
están cayendo los brazos de la silla y no que se desatan. Pero es ver-
dad que se desatan lluvias, digo también, o recuerdo más bien, para
que no me suceda caer en mis propias trampas: así, si se desatan cha-
parrones, que es apenas un modo diferente de decir lo mismo, ¿no po-
drían, en resumen, desatarse sillas, incluso no teniendo sujeciones? ¿Al
menos como libertad poética? ¿Al menos por el sencillo artificio de un
hablar que se proclama estilo? Acéptese entonces que se desaten sillas,
aunque sea preferible que se limiten a caer, a inclinarse, a venirse aba-
jo. Sea desatado, sí, quien en esta silla se sentó, o ya no está sentado,
sino cayendo, como es el caso, y el estilo aprovechará la variedad de
las palabras que, finalmente, nunca dicen lo mismo, por más que se
quiera. Si dijesen lo mismo, si los grupos se juntasen por homología,
entonces la vida podría ser mucho más simple, por vía de reducción su-
cesiva, hasta la incluso tampoco simple onomatopeya y, siguiendo por
ahí adelante, probablemente hasta el silencio, al que llamaríamos sinó-
nimo general u omnivalente. No es siquiera onomatopeya, o no se pue-
de formar a partir de este sonido articulado (que no tiene la voz huma-
na sonidos puros y por lo tanto inarticulados, a no ser quizá en el canto
e, incluso así, convendría