EL HOMBRE MEDIOCRE
JOSÉ INGENIEROS
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar
2
Editado por
elaleph.com
2000 – Copyright www.elaleph.com
Todos los Derechos Reservados
www.elaleph.com
El hombre mediocre
donde los libros son gratis
Este documento ha sido descargado de
http://www.educ.ar
3
INTRODUCCIÓN
LA MORAL DE LOS IDEALISTAS.
I. La emoción del Ideal – II. De un idealismo fundado en la experien-
cia. - III. Los temperamentos Idealistas. - IV. El idealismo romántico. -
V. El Idealismo estoico. - VI. Símbolo.
I. LA EMOCIÓN DEL IDEAL
Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala
hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la me-
diocridad, llevas en ti el resorte misterioso de un Ideal. Es ascua sagra-
da, capaz de templarte para grandes acciones. Custódiala; si la dejas
apagar no se reenciende jamás. Y si ella muere en ti, quedas inerte: fría
bazofia humana. Sólo vives por esa partícula de ensueño que te sobre-
pone a lo real. Ella es el lis de tu blasón, el penacho de tu tempera-
mento. Innumerables signos la revelan: cuando se te anuda la garganta
al recordar la cicuta impuesta a Sócrates, la cruz izada para Cristo y la
hoguera encendida a Bruno; -cuando te abstraes en lo infinito leyendo
un diálogo de Platón, un ensayo de Montaigne o un discurso de Helve-
cio; -cuando el corazón se te estremece pensando en la desigual fortuna
de esas pasiones en que fuiste, alternativamente, el Romeo de tal Ju-
lieta y el Werther de tal Carlota; -cuando tus sienes se hielan de emo-
ción al declamar una estrofa de Musset que rima acorde con tu sentir; -
y cuando, en suma, admiras la mente preclara de los genios, la sublime
virtud de los santos, la magna gesta de los héroes, inclinándote con
igual veneración ante los creadores de Verdad o de Belleza.
Todos no se extasían, como tú, ante un crepúsculo, no sueñan
frente a una aurora o cimbran en una tempestad; ni gustan de pasear
con Dante, reír con Moliére, temblar con Shakespeare, crujir con Wag-
www.elaleph.com
José Inge