por Michael E. Porter y Mark R. Kramer
Estrategia y sociedad
Diciembre 2006
Reimpresión r0612d-e
obiernos, activistas y medios de comunicación
se han vuelto adeptos a perseguir rendición
de cuentas de parte de las empresas por las
consecuencias sociales de sus actividades. Una multitud
de organizaciones confeccionan rankings de empresas
de acuerdo a sus desempeños en responsabilidad social
corporativa y, a pesar de metodologías a veces cuestio-
nables, estos rankings concitan una considerable aten-
ción. Como resultado, la responsabilidad social corpora-
tiva (RSC) ha emergido como una prioridad ineludible
para los líderes de negocios en todos los países.
Muchas empresas ya han hecho bastante por mejorar
las consecuencias sociales y medioambientales de sus
actividades, pero estos esfuerzos, por un par de razo-
nes, están lejos de ser todo lo productivos que podrían.
Primero, confrontan a las empresas con la sociedad,
cuando obviamente ambos son interdependientes. Se-
gundo, presionan a las empresas a pensar de manera
genérica en responsabilidad social corporativa, en lugar
de que lo hagan en la forma más apropiada para la es-
trategia particular de cada una.
G
Lo cierto es que los enfoques predominantes de RSC
están tan fragmentados y tan desconectados de los ne-
gocios y de la estrategia que oscurecen muchas de las
mejores oportunidades que tienen las empresas para
beneficiar a la sociedad. Si en lugar de eso las corpora-
ciones analizaran sus alternativas de responsabilidad
social bajo los mismos marcos que orientan sus deci-
siones de negocios, descubrirían que la RSC puede ser
mucho más que un costo, una limitación o un acto de
beneficencia; puede ser una fuente de oportunidades,
innovación y ventaja competitiva.
En este artículo proponemos una forma nueva de
observar la relación entre empresa y sociedad que no
enfoca el éxito corporativo y el bienestar social como
un juego de suma cero. Presentamos un marco que las
empresas pueden utilizar para la identificación de todos
los efectos,