Es para mi un gran honor dirigirme a esta 34°
Conferencia General de la UNESCO. Es la tercera
oportunidad en la que lo hago como Ministro de Educación
Ciencia y Tecnología de la República Argentina. Es por ello
que en primer lugar quiero reafirmar el compromiso de
nuestro país, de su Presidente el Dr. Néstor Kirchner y de su
pueblo, con los objetivos de paz, justicia, solidaridad y
desarrollo educativo y cultural que lleva adelante la
UNESCO. También quiero manifestar que valoramos muy
particularmente la acción que llevan adelante el Director
General Koïchiro Matsuura y el Director General Adjunto,
Marcio Barbosa. Ambos han trabajado intensamente para el
fortalecimiento de la presencia de la UNESCO en el mundo
y especialmente en aquellos países que, como la Argentina,
más necesitaron de su apoyo.
En el próximo mes de diciembre finalizará un período
de cuatro años de gestión llevada a cabo por el Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología entre 2003 y 2007. Dicho
período se enmarcó en un tiempo de la historia argentina
caracterizado por un extraordinario dinamismo. No podemos
olvidar que comenzamos la gestión en un contexto de grave
emergencia social. Más del 60% de la población en edad
escolar vivía en condiciones de pobreza, muchas escuelas
limitaban su tarea a la contención social, en varias provincias
los docentes que no cobraban sus salarios. Este profundo
deterioro social e institucional obligó a adoptar medidas
urgentes. Sin embargo, partimos de la convicción según la
cual para actuar en la emergencia es necesario tener claridad
en los objetivos de largo plazo. Desde este punto de vista, el
Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología asumió
claramente la concepción según la cual el objetivo
fundamental de la política educativa es contribuir a la
construcción de una sociedad más desarrollada, pero
principalmente más justa.
Con la mirada puesta en el logro de ese objetivo, el
Ministerio identificó dos grandes ejes de problemas y
desaf